La manzanilla es
una planta conocida gracias a sus propiedades
terapéuticas y a los beneficios que aporta, tales como la conciliación del sueño, la disminución de la
ansiedad, alivio en problemas estomacales, entre otros. Esta
planta es muy fácil de sembrar y
puedes tenerla en tu hogar para cuando te sea necesaria.
Es importante que siembres la planta durante el verano, y en una tierra compuesta por dos partes de tierra negra y una de arena de río, de esta manera la planta podrá drenar el agua.
Las plantas de manzanilla necesitan llevar abundante luz solar, aunque no sea de manera directa. Riega la planta todos los días para que crezca sana, no dejes que se seque.
La manzanilla se cosecha cuando las flores empiezan a abrirse, deben estar completamente abiertas antes de recogerlas. No se debe cortar hojas o tallo para que después vuelva a crecer.
Luego de recolectar todas las flores de manzanilla, se colocan sobre papel y se espera a que se sequen en un lugar apartado de la luz del sol por una semana. Una vez secos los pétalos de las flores se desprenden y queda la parte amarilla de la flor.
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